La infancia es el mejor momento para establecer buenos hábitos alimenticios. Al igual que en los adultos estos alimentos no deben faltar en la dieta:
Frutas y vegetales: Imprescindibles por su gran contenido de agua, fibra, vitaminas y minerales. Es importante consumir la mayor variedad de frutas y vegetales frescos, aprovechando cada temporada.
Leche: es preferible ingerir la variedad descremada, aunque son también buenas alternativas la leche de almendras y soja para intolerantes a la lactosa o vegetarianos estrictos.
Cereales y granos integrales: como el arroz, la avena, cebada, etc., siempre en su forma integral.
Proteínas magras: Carnes bajas en grasa de pollo, pavo, res o cerdo, pescados, huevos (para los muy sensibles es buena idea optar por los huevos de codorniz) .
Leguminosas: Las infaltables habichuelas, los garbanzos, lentejas, guisantes, entre otros, excelentes complementos para los cereales integrales, como una manera de lograr comidas más balanceadas.
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