
Lo básico: El arroz es el principal alimento para aproximadamente la mitad de la población mundial. En países como Bangladés y Camboya aporta casi tres cuartas partes de la ingesta diaria de energía. El Oryza Sativa es nativo de las regiones tropicales y subtropicales del subcontinente indio, el norte de Indochina y el sur de China. Se abrió paso desde Asia hasta Europa a través de Persia. La primera plantación comercial americana se creó en 1685 en Carolina del Sur, Estados Unidos.
Existen más de 100,000 variedades distintas en todo el mundo siendo las más comunes: los arroces de grano largo como el basmati o el jazmín, los arroces de grano medio como el arborio o el carnaroli entre otros de consumo frecuente.

¿En qué te ayuda? Es preferibe consumir el arroz de manera integral, por su gran contenido de fibra, carbohidratos complejos y vitaminas del complejo B. Media taza de arroz integral contiene más o menos 2 gramos de fibra, la que ofrece una poderosa protección contra la diabetes del tipo II. Ayuda a la digestión y disminuye los riesgos de padecer cáncer de colon si se consumen 39 gramos de fibra al día. No obstante el arroz cocido es una potencial fuente de intoxicaciones, debido a la presencia latente de esporas de la bacteria Bacillus cerus, causante de problemas gastrointestinales. El arroz normal cocinado debe ser servido cuanto antes y las sobras deben ser refrigeradas para evitar el desarrollo de la bacteria. El arroz y la harina ( y hasta la leche) que se deriva de este no contiene gluten, siendo una alternativa para los intolerantes al mismo.
Formas de prepararlo: Por su versatilidad, el arroz puede ser consumido dulce, salado, frito, al vapor como guarnición, en fideos, como leche (elaborada mayormente con arroz integral), en polvo o como harina para espesar salsas y rellenos.
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