No, no me pude resistir a hacer una lista de deseos para el año venidero en mi última entrada del 2013. Pero como para ver hacia adelante no podemos olvidarnos de donde venimos, primero quiero hacer mi recuento personal (¡soy fanática de las listas y de los programas de lo mejor de tal año!) del 2013.
El 2013 ha sido el año de reconocer mis límites físicos y emocionales, un año en el que he encarado la realidad de lo que soy, de lo que valgo, lo que me gusta y lo que no. Lo que quisiera cambiar y ante lo que simplemente he decidido ser una gran sinverguenza. Ha sido un tiempo para entender que no puedo hacerlo todo y que es necesario aprender que ante lo que no se puede cambiar la mejor actitud es la aceptación desde el fondo del corazón.
Ha sido un año para aprender a valorar lo que realmente importa de la vida: la familia, los amigos, se que suena al mayor de los clichés, pero cuando descubres que puedes decir no a situaciones e invitaciones porque tu hijo necesita que lo lleves al último cumpleaños de quince y entiendes que es una etapa de la vida que no volverá a vivir, lo haces con alegría, aunque el cuerpo se esté reventando de cansancio.
He aprendido a pedir ayuda, que no soy infalible, que necesito de los demás. Pero siempre que los demás deseen ayudarme y aunque todo el mundo está en derecho a tener su agenda personal, sólo quiero a mi lado a aquellos para los que mi bienestar también forme parte de esta agenda en mayor o menor grado dejando ir a quienes no, pasando las decepciones y el desencanto. Que está muy bien no ser moneda de oro y que está mucho mejor que no todo el mundo brille para mí.
Para el 2014 la lista es la siguiente, una enumeración de propósitos sin orden ni prioridad, pues al final todos se combinan para ayudarme a conseguir mi bienestar:
Desintoxicar el cuerpo y el alma. Hacer un ejercicio consciente cada día para alcanzar mi potencial físico y espiritual, para alcanzar el equilibrio y disfrutar a plenitud el día a día.
Cerrar los capítulos emocionales y confrontar personas, eventos y situaciones que han supuesto un bagaje emocional negativo todos estos años.
Invitar a Domingo a un café.
Disfrutar a fondo de la compañía del Iván E., el Enrique A., Richie, Papito, Mamita y Sagrario, con el convencimiento que las experiencias compartidas son limitadas y decirles que los quiero cada vez que pueda, lo que es verdad.
Atreverme más.
Pedir más ayuda.
Soltar, entregarme.
Ser más feliz
Hacer más de lo que gusta.
Eso implica preparar más sopas, batidos, jugos energéticos, dominar nuevas técnicas culinarias y hacer más cenas con vino, como aquella inolvidable que disfrutamos en familia con el primo Je (no celos Cousin, el que ríe de último...) y preparamos estas costillas cocidas a fuego lento, que disfrutamos hasta limpiar la olla, con vinos, risas y puros. De eso, de eso quiero más y más este 2014 ¡Feliz año nuevo!
Costillas de res (short ribs) con hierbas
Ingredientes
- 3 Libras de costillas frescas con su hueso short ribs
- 2 Tazas de vino tinto
- 4 Cdas de aceite vegetal
- 1 Cebolla grande cortada en cuadritos
- 6 Dientes de ajo
- 2 Tazas de tomates maduros picados o puré de tomate
- 2 Cdas de pasta de tomate Victorina®
- 2 Ramas de tomillo fresco
- 2 Ramas de romero fresco
- 2 Hojas de laurel
- 1 Taza de agua con una pastilla de Maggi® Benebien diluida
- 1 Lata de garbanzos Victorina®
- 2 Zanahorias peladas medianas y cortadas en cubos de ½ pulgada
Elaboración paso a paso
- Marina en el vino las costillas frescas en el refrigerador por los menos 3 horas (ideal de un día para otro). En una olla de fondo grueso pon a calentar dos cucharadas de aceite vegetal a fuego medio alto, saca las costillas del vino -reserva este último- dora y séllalas por todos lados (procura no amontonarlas, sofríe por porciones de ser necesario) y coloca en un recipiente aparte.
- Agrega las dos cucharadas de aceite restante y sofríe la cebolla hasta que empiece a ponerse transparente, agrega el ajo y cocina hasta que perfume un poco, agrega los tomates, la pasta de tomate y cuece un poco más.
- Incorpora el vino, que reservaste, el tomillo, el romero y las hojas de laurel y el agua con la pastilla diluida. Cuando comience a hervir, reduce el fuego bajo, introduce las costillas, los garbanzos y las zanahorias y cocina tapado por 2 horas y 15 minutos, volteando la carne de vez en cuando para que se mantenga jugosa.
Notas
Nutrition
Deja un comentario