
Las alergias alimentarias son reacciones exageradas del sistema inmunitario del cuerpo, que confunde un componente de un alimento con una señal de invasión por una bacteria o virus, e inicia una defensa que daña el organismo. El daño puede ser leve y manifestarse solo como una molestia o puede tratarse de asma, un cambio en la presión arterial o en el ritmo cardíaco, que pueden poner en peligro la vida. Aunque estas manifestaciones son tan variadas como personas hay, estos son los alimentos más comunes en producir alergias en los seres humanos:
La leche: Sobretodo la de vaca por su elevado nivel de proteína y la incapacidad del ser humano después de los cinco años de procesar la lactosa.
Los huevos: La culpa recae sobre la principal proteína de la clara, la “ovoalbúmina”, que en personas sensibles puede producir un shock fatal. Para evitar esta sensibilidad se recomienda el consumo de claras de huevo (las yemas son menos alérgenas) a partir del año de edad.
Semillas: Los maníes, los granos de soja y los frutos secos son algunos de los alérgenos alimentarios más comunes.
Sensibilidad al gluten: Es una forma de alergia conocida como trastorno celíaco o esprue, el organismo forma anticuerpos defensivos contra una porción de la gliadinas, proteínas inofensivas del trigo, la cebada y posiblemente la avena. Estas defensas atacan a las células que absorben nutrientes en el intestino causando una grave desnutrición. La enfermedad celíaca en cualquier momento de la vida, y ser permanente. El remedio típico consiste en evitar estrictamente todos los alimentos que contengan gluten.
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