
Coloca una olla de agua al fuego. Toma los tomates y realiza un corte superficial en cruz en la parte de abajo. Cuando rompa el hervor, coloca los tomates dentro y déjalos allí por 1 minuto. Transcurrido ese tiempo sácalos y colócalos en un bol con suficiente agua fría (e incluso hielo). Cuando retires los tomates del baño helado notarás como la piel se ha separado del tomate por sí sola, solamente tendrás que tirar un poco hasta desprenderla totalmente y ¡listo! tendrás tomates perfectamente pelados para tus salsas.
Mira este video donde lo hago fácilmente:

Deja un comentario