Es una buena idea combinar los sabores de acuerdo a tus gustos, texturas y colores (mientras más diversos más nutritiva). Combina diferentes tipos de lechugas con hierbas como albahaca, menta o perejil, con vegetales como el tomate, zanahoria rallada y julianas finas de cebolla y pimientos. Toma en cuenta que los sabores fuertes pueden o bien complementarse o bien repelerse por lo que experimenta introduciendo pequeñas porciones hasta dar con la armonía perfecta. La rúcula, por su sabor, va muy bien con frutas como la manzana y la pera y me encanta combinarla con el repollo morado. También puedes adicionar a tu ensalada fresca maíz, garbanzos cocidos, tuna, pollo o jamón para un aporte de proteínas y conseguir una comida completa.
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