Lava el pollo con un limón y seca. Unta bien con aceite y sazona con sal y pimienta por dentro y por fuera, introduce en la cavidad interior del pollo el otro limón y algunas ramas de tomillo. Colócalo en un molde refractario, con las alas retraídas y los muslos atados.
Calienta a fuego lento durante 10 minutos, la sidra o el vino blanco, la mantequilla, el tomillo y la cebolla. Retira del fuego y deja enfriar. Baña el pollo con esta mezcla.
Puedes hacer esto con un día de antelación, dejando el ave en la nevera, teniendo en cuenta que antes de introducirla en el horno que el pollo debe estar a temperatura ambiente.
Hornea tapado a 250 grados Celsius durante 25 minutos, destapa y agrega la zanahoria, el apio y algunas ramas de tomillo.
Baña constantemente con su jugo y deja hornear descubierto 20 minutos más.