Agrega una cucharada de azúcar al agua tibia. Adiciona la levadura y deja reposar por unos 6 minutos, hasta que empiece a burbujear.

Mientras, en un bol mezcla la harina con la leche, la sal, el anís y tres cucharadas de azúcar, realiza un agujero en el centro y adiciona la levadura ya activada, la mantequilla derretida (reserva ¼ de taza) y el huevo.

Mezcla hasta que todo esté integrado y resulte una masa húmeda, amasa un poco y coloca en un bol cubierto con papel adhesivo. Lleva al horno apagado hasta que la masa doble su tamaño (cerca de dos horas).

Una vez la masa haya crecido amasa nuevamente hasta formar una masa elástica (cerca de 12 minutos). Divide en 30 panecillos en forma de bolas pequeñas. Coloca una junto a otra en un molde ligereamente engrasado y deja reposar cubiertos nuevamente en el horno apagado por 45 minutos más.

Enciende el horno a 375° Fahrenheit (190° Celsius). Pinta los panecillos con la mantequilla restante y espolvorea con la cucharada de azúcar adicional. Hornea por 25 minutos, hasta que los panecillos estén dorados y cocidos. Deja reposar y sirve tibios.