
Las ollas y sartenes de hierro fundido tardan más tiempo en calentarse pero absorben y retienen el calor por más tiempo que otros utensilios de aluminio, cobre o bronce, proporcionando un calor constante y uniforme. Durante la cocción desprenden pequeñas cantidades de hierro que se adhieren a la comida, lo que le viene bien a la mayoría de la gente. Este material es muy versátil: te permite hornear, freír, saltear y asar. Estos utensilios deben ser limpiados de manera apropiada, si se vierte agua fría mientras están calientes, se corre el riesgo de agrietarlos. Si se les pega algo difícil conviene utilizar un poco de azúcar o sal gruesa como abrasivo, una toalla de papel para limpiar posteriormente la superficie, fregar, secar bien y cubrir su interior con una ligera capa de aceite (el aceite de cocina puede funcionar) para prevenir la oxidación.
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