Antes de cumplir tres meses Iván E. tuvo su primera crisis de asma. Me recuerdo joven, sola y muy angustiada por el estado de mi pequeño que requirió cierto tiempo de internamiento. De ahí en adelante comenzaron sus ataques de asma bajo la tutela de cierta pediatra que hoy en día no quiero recordar.
Hubiera preferido que esa señora postergara la entrada de alimentos en la vida de mi pequeño y aprovechara mi exitosa lactancia para introducir vegetales e ingredientes que afectaron mucho la salud respiratoria de mi hijo. Así habríamos evitado muchas alergias alimenticias, dándole la oportunidad al organismo de Iván E. a que creara defensas y estuviera más preparado para asimilar apropiadamente los alimentos.
Hoy veo a mi amiga Junilda ser muy precavida con la alimentación, no sólo de sus hijos, sino la de ella, para evitar a través de su leche alergias y otras reacciones en el cuerpo de sus pequeños.
Una buena idea de Juni, que quise compartir con mis lectores es el de mezclar el cereal de arroz cocido con la leche materna. Puesto que el arroz es uno de los primeros cereales que se introducen a los pequeños pues es libre de gluten y más ligero que otras variedades de cereal, los médicos lo recomiendan incluirlo en forma de papilla y/o en la leche de los bebés.
Mi amiga como otras madres muy sabias va por lo natural. En lugar de comprar cereal de arroz deshidratado y mezclarlo con fórmula, mezcla el arroz blanco cocido con su propia leche y de esta manera, con la tranquilidad de saber de donde viene lo que prepara, alimenta a sus hijos. De tener otra oportunidad con la maternidad tendré las precauciones que te da la experiencia en este proceso de ser padres, que nadie te enseña.
Cereal de arroz cocido
Ingredientes
- 1 Taza de agua
- 2 Cdas de Arroz Premium La Garza® puedes usar la versión integral
- Leche materna o la leche que esté bebiendo tu bebé
Elaboración paso a paso
- Lleva el agua al fuego y cuando empiece a hervir agrega el arroz.
- Cocina hasta que esté haya absorbido toda el agua y el arroz esté blando.
- Retira del fuego, maja con un tenedor o procesa en la licuadora, molino de mano o procesador de alimentos.
- Incorpora un poco de la leche materna o la fórmula que consuma tu bebé en cantidad suficiente para conseguir una textura cremosa.
- Deja refrescar y sirve. También puedes conservar en la nevera y llevar a temperatura ambiente al momento de consumir.
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