Este nutritivo fruto tropical reinvindica su mala reputación pues su consumo moderado nos beneficia.
El coco es la fruta del Cocotero, un árbol fuerte, que resiste como ningún otro los efectos devastadores de las tormentas tropicales. Su nombre proviene del sánscrito de la India, a Kalp vriksha, que quiere decir “árbol que da todo lo necesario para la vida”. Y una prueba de esto son los indios y parte de los habitantes de Polinesia, quienes sobrevivían varios días a base del coco. Este fruto proporciona líquidos y alimento sólido, aportando fuerza vital al cuerpo humano. Desde el punto de vista nutritivo, resalta la cantidad de calorías que posee: 100 gramos de su pulpa madura contienen 354 calorías, 33gr de grasa, 25gr de agua, 6.23 gr de hidratos de carbono y 3.3 gr de proteínas. Pese a no ser tan rico en vitaminas, el coco posee abundantes sales minerales como sodio, potasio, hierro, cobre, etc.
Grasa mala que no es lo es tanto
El aporte calórico del coco a simple vista es alto, pues el nutriente más abundante en su composición es la grasa, sobretodo la de tipo saturado (el 29.7%). Lo sorprendente es que estos ácidos grasos tienen la particularidad de ser de cadena corta o media y no aumentan el nivel del colesterol en sangre como la grasa saturada de origen animal. Puede contribuir al aumento del colesterol bueno, HDL, que hace nuestra sangre más fluida. No obstante es recomendable su consumo en pequeñas cantidades.
Veta mineral para huesos y músculos
Los beneficios del coco dependen sobretodo de su contenido mineral, en especial del magnesio que contribuye a la dureza de los huesos, evita la degeneración de los cartílagos y articulaciones, la aparición de dolores y contracturas musculares y excitabilidad de los nervios. El coco contiene además calcio y fósforo, minerales de gran importancia para el aparato locomotor. Por su acción remineralizante se recomienda su consumo (salvo alguna contraindicación) en casos de osteoporosis y durante la época de dentición infantil.
Quiero agua de coco
El agua y la leche de coco contienen casi tantos minerales como la pulpa con la ventaja de no contener tanta grasa. Estos minerales son excelentes restauradores de los electrolitos que el cuerpo pierde debido a la excesiva sudoración. La refrescante agua de coco también cuenta con el efecto laxante y diurético de la pulpa y al igual que esta ayuda al buen funcionamiento del tracto digestivo, los riñones y el sistema urinario.
El coco nos hace bellos
Los minerales presentes en el coco contibuyen a fortalecer el cabello y las uñas. El aceite que se obtiene del fruto seco se usa en productos de higiene corporal y cosmética. El aceite de coco puede ser empleado directamente en el pelo y la piel seca, como una especie de mascarilla, por sus propiedades hidratantes.
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